En nuestro pueblo es una curiosa costumbre el "jurar" ante su deidad favorita (generalmente en el templo de allá por el metro basílica) el no consumir alcohol o drogas por un periodo de tiempo.
Bueno, nuestros vecinos del norte (ahora tan preocupados por el terrorismo en su patio trasero) hicieron una propuesta parecida (ellos no juraron, pero firmaron un compromiso, sobre todo chicos de 4 y 5 grado).
Esta acción es congruente con el resultado de la observación longitudinal de una pequeña muestra, aceptada para su publicación en el Journal of clinical endocrinology and metabolism, titulado "Changing child diet helps adult health" donde se describe que en una muestra de 230 mujeres entre 25 y 29 años, quienes habían reducido en la juventud su consumo de grasa y aumentado su ingesta de fibra dietética, les costaba más trabajo desarrollar síndrome metabólico. Es decir, les era más fácil mantenerse sanas.
Finalmente, me llamó la atención un artículo en el New Journal of Medicine donde se muestran las posibles razones del "rebote" al bajar de peso:
Los niveles de las hormonas orexigénicas (que nos dan hambre) y nos hacen subir de peso, se mantienen elevadas por lo menos UN AÑO después de bajar de peso... lean las conclusiones del artículo:
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