jueves, 27 de octubre de 2011

Regresando a nuestros origenes y a nuestra salud

El trabajo a estas alturas del año se pone demandante. Sé que he descuidado muchas cosas, entre ellas el seguir al día la literatura.

Hoy me encuentro un artículo en una revista de esas con 18 de índice de impacto (bastante lejos del promedio de publicación de la ciencia mexicana, gracias al acoso del sistema) y refuerza la impresión de que la dieta de nuestros abuelos (y generaciones atrás) los protegió de múltiples enfermedades, pese a vivir en un mundo con más riesgos y menos medicinas y hospitales.

El comentario en cuestión se llama "A New Way to Lower Blood Pressure: Pass the Chili Peppers Please!"o sea "una nueva manera de bajar tu presión arterial, Pasen los chiles, por favor".


El artículo se titula "Activation of TRPV1 by Dietary Capsaicin Improves Endothelium-Dependent Vasorelaxation and Prevents Hypertension"

Tal vez se les haga demasiado especializadas las publicaciones, pero el comentario nos dá una visón panorámica y la introducción del artículo es muy descriptiva. Espero que estos argumentos y fuentes de información, si no convencen a los incrédulos, a los defensores de la comida chatarra o a los detractores de la comida sana, al menos tengamos argumentos para identificarlos o de plano, exponerlos. 

Abro un paréntesis, para exponer este último concepto:
Recientemente vi una discusión sobre la noticia (publicada en El Poder del Consumidor) sobre OTRO componente agresivo a la biología humana de la conocida ToxiCola (La chispa del albañil).
Entre los participantes hay una persona (nutrióloga, por cierto) que defiende la idea que "no hay alimentos buenos o malos", que lo que hay que hacer es "educar a la gente a comer balanceado" (según ella, sano es balanceado en macronutrientes y calorías) y demás argumentos que, en nuestra realidad (mejicana(sic) o global) son absolutamente imprácticos.
Alguien le objetaba que no hay tiempo ni recursos ni sustrato (educación) para empoderar a la sociedad a defenderse del asalto en despoblado que es la publicidad de la comida chatarra. Coincido con este punto, si ese fuera el caso, deberíamos empezar por hacer una encuesta sobre cuáles son los puntos más importantes para conservar la salud a través del estilo de vida y de estos, cuáles son los que la población hispanoparlante estaría dispuesta a conocer... Con un fallecimiento asociado a la diabetes, cardiopatías y cáncer cada pocos segundos, me imagino que es como si, ante una tragedia como el incendio de la guarderia ABC, nos ponemos a preguntar porqué están los bebés en esa "bodega" en lugar de hacer un hoyo en la pared con lo que se tuviera a mano (como sucedió, estrellando una camioneta contra el muro) para rescatar a los sobrevivientes....
Finalmente, tenemos la suerte de tratar de manera cotidiana a personas con la preparación académica mas elevada del país (nuestros asesores del posgrado), y eso nos ha permitido observar que no sólo es cuestión de educación.
Regreso al tema del comentario, cierro el paréntesis.


 En las citas de esos dos trabajos (ligas arriba) encontrarán enumeradas las acciones biológicas conocidas de la familia de moléculas presentes en el mexicanisimo chile, la capsaicina.

Y como siempre, están invitados a no creerme y leerlo con sus propios ojos.
Ya que, resumidas cuentas, el consumo de chile puede reducir la hipertensión arterial, por el mecanismo ahí descrito, espero que los argumentos que convencieron a los revisores de Cell Metabolism, convenzan a nuestros lectores.
 

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